lunes, 26 de marzo de 2012

Todo mal



El sábado en San Carlos vimos lo que no tiene que ser un partido de fútbol, en la cancha  un equipo sin ideas y demasiado frenado, que solo se fue al ataque cuando iba perdiendo y donde el entrenador agradecía no haber perdido; Y en la galería un desastre, un ejemplo de como no se debe actuar.

Sobre el equipo ya me he referido, muchos concuerdan que individualmente nadie es malo, pero no se encuentran ni individual ni colectivamente. Creo que el problema sigue siendo la actitud, el quipo se ve dormido, el toque y control de balón que Lepe pide a los jugadores hace que el equipo se vaya para atrás y no dude en pasársela a Toselli si nadie está desmarcado. Falta el enfrentar, encarar, irse para arriba, por eso Trecco no anda, porque ese es su fuerte. Felipe teme pasarse a más de uno par que el dt no lo saque, Ríos no tira de afuera y ni Magnasco ni Valenzuela pasan al ataque. Después cuando se va al ataque saca al jugador más ordenado y claro y pone un delantero más, cuando ya se ha demostrado que jugar con más delanteros hace que entre ellos choquen, el sábado de nuevo un tiro al arco fue detenido por un cruzado, eso es no trabajar al ataque. Por eso no salen los goles, leía que esta es la peor católica de la historia en cuanto a finiquito: 1,6 goles por partido y eso no había pasado nunca (con Garré era 1,61), quien diga que no estamos en un momento crítico está siendo sordo y ciego.

viernes, 23 de marzo de 2012

Cerremos la cortina



Después de un triunfo, volvemos a caer en el pozo y ahora no fue un empate en el último minuto, fue una derrota.
Los jugadores se ven molestos, la hinchada ya no aguanta, los resultados no acompañan, los dirigentes callan. ¿Será que se dio por perdido el semestre?
Es cierto que aun estamos con vida en los dos torneos, pero si se dan los resultados y pasamos a segunda ronda en la Copa jugaremos contra un equipo que haya hecho las cosas mucho mejor y haya sacado muchos más puntos que nosotros, ¿será ese el momento para repuntar?. Y si clasificamos a playoffs y nos toca con un equipo que nos empata los dos partidos y pasa por su mejor lugar en la tabla, ¿será ese el momento en que sintamos que no debimos perder puntos como los que perdimos el domingo?
La cosa se ve negra, no por que no queden chances matemáticas, se ve negra porque no hay fútbol, no hay gol ni actitud.
Como cada lunes en la pega, colegio, instituto o universidad se comenta el fútbol, se molesta al derrotado y alguno se vanagloria de sus triunfos, hoy dije: “yo ya estoy pensando en julio”. Porque así como estamos dan ganas de dar vuelta la página y que pase luego el semestre.
Si vamos a tirar todo a la basura, porque no cerramos la cortina, que jueguen los juveniles o los que la mojen de verdad, si a Damián Luna se le cerró el contrato, para que tener cachos gastando agua de las duchas y espacio en los estacionamientos, si hay que pagarles el sueldo igual que se les pague y chao no más, que se vayan a entrenar a un parque o al gimnasio de un amigo.

lunes, 12 de marzo de 2012

La Columna de @Damian_Jones: "Ovelar".

Ovelar



Roberto Andrés Ovelar Maldonado sabía que el gol del domingo tenía que llegar, lo
había buscado desde el 9 de febrero cuando anotó frente a Bolívar, pero esa vez se había
empatado en casa y su gol era el del empate. Ovelar necesitaba hacer el gol del triunfo,
el que definiera el partido en el minuto 88’.

Ovelar corre, busca, baja a buscar las pelotas, devuelve paredes, pero no le había vuelto
a apuntarle al arco. Al principio se perdía los goles, luego la falta de los mismos hizo
que comenzara a entregar demasiado la pelota, adentro del área prefería el pase a patear
al arco, estando con la meta en la mira tocaba para el lado o para atrás, el compañero
estaba solo y el pase le llegaba, pero Ovelar fue contratado para hacer los goles y no los
estaba haciendo, incluso parecía que se estaba corriendo y le hacía el quite al arco.

Frente a Unión en Santa Laura escuché a varios hinchas en el estadio que pedían
que saliera del equipo, culpaban a los dirigentes que no habían podido traer un
centrodelantero decente, la verdad es que la paciencia se agotaba y encontré que el
comentario era atinado. Frente a O’higgins el panorama era el mismo, Ovelar pelea
y busca, pero cede el balón cuando está en la puntada final, cuando hay que meter
el cañonazo y celebrar. El partido lo vi por TV y comenté que había que darles
oportunidades a los juveniles, que a Ovelar se le habían acabado las chances y debía
pasar a la banca.

En el segundo tiempo frente a O’Higgins me puse a seguirlo, observé cada una de sus
jugadas y debo decir que solo falló un pase, uno. Pensé que de pronto debería jugar de
media punta porque siempre va a buscar el balón tan atrás y lo entrega bien, pero ahí
vino la jugada, Silva se la toca, Ovelar le devuelve la pared para que el gato corra y él se
desmarca, Silva la devuelve, Roberto se saca al defensa y patea con el alma, se da vuelta
de la fuerza que le pone, se llega a caer y Marín, que había jugado muy bien, no puede
detener el cañonazo.

El delantero se para rápido, agacha la cabeza y empuña sus manos, luego sale de la
cancha, no besa la insignia, no se saca la camiseta ni se sube a la reja, solo llega hasta
la barra y mira cabeza en alto, triunfante, espera a sus compañeros que lo abrazan, el
ríe suave, sabe que es el héroe, sabe que tapó las bocas que pedían que se sentara en la
banca o que se fuera para su casa, sabe que el partido que parecía empatado ahora se
estaba ganando y solo quedaban los descuentos, sabe que el gol que tanto quería hacer
llegó, pero sabe también que demoró mucho y que debe llegar otro muy pronto.

@damian_jones