lunes, 28 de mayo de 2012

"Más Tristes que alegres"...


La Columna de Damian Jones.

Los siete mil que estábamos en San Carlos el sábado 26 de mayo, a medio día, con lluvia y con un 0-3 que remontar debemos sentirnos orgullosos. Los siete mil deberían ser premiados por Cruzados SADP con un pedazo de tablón o alguna lesera que acredite que estuvimos, que somos de verdad, que estamos en las buenas y en las malas, que por la cresta que han sido hartas.

Me decidí a las 10 de la mañana, prendí el computador, compré e imprimí mi entrada, me puse hartas capas de ropa, la camiseta encima, una chaqueta y un gorro de lana. Agarré mi credencial de socio y subí en mi cacharro a donde he ido desde 1988, en las buenas y en las malas, no podía faltar. Racionalmente sabía que no había vuelta, que era un sueño, casi imposible, lo publiqué en twitter y facebook, esperando que me molestaran para preguntar quien iba a ver a su equipo con tres goles por hacer, sábado en la mañana y con lluvia. 

Llegué con media hora de anticipación, menos mal, el control tipo aeropuerto gringo en septiembre de 2001 de la galería Mario Lepe demoraba bastante. Mi cuñado ya estaba con su hermano, mi viejo se restó por un resfrío, las gotas caían levemente y ver a unas siete mil personas mojándose emocionaba, la cancha iba a resistir, el bombo se echaba más de menos que nunca y los fuerzas especiales estaban por todos lados. La hinchada de la Unión, tal vez la que más nos odia de todas las del fútbol chileno, estaba celebrando desde el minuto uno, con cantos robados de madres, zorras y cruzados.

Luego de los primeros minutos pensaba que la hazaña era factible, unión se resbalaba y cedía la pelota, la UC controlaba y trataba de llegar, con más ganas que fútbol eso si. Pero... el descontrol, el maldito descontrol, el ir con más fuerza de la necesaria, lo que le pasó al Milo contra la U en diciembre, lo que le pasó a Costa en junio, para qué?, para qué? Michael, habías sido un aporte, no estabas jugando mal, para que cagar todo el semestre con una barrida con los dos pies en ristre, en ese momento cualquier sueño de los 7 mil que estábamos ahí se fue a la cresta. Los que lo estaban viendo por la tele sabían que no había opciones, por eso no subieron, los que nos mojábamos con la lluvia de San Carlos despertamos de golpe.

Pese a todo seguimos ahí y ya avanzado el segundo tiempo, cuando la defensa de Unión no daba ningún espacio, cuando el cansancio y la falta de ideas y de fútbol hacían que meter tres goles fuera aun más imposible llegó el momento en que uno recuerda por qué va al estadio, por qué es de la cato, por qué alienta aunque esté todo perdido... “Dale, dale, dale oh!, dale, dale, dale oh! Que la cato es mi pasión, lo llevo en el corazón!!” los siete mil cantábamos con toda nuestra garganta resentida por el frío y la humedad (pese a que el gobierno quiere que no se cante más no nos pueden callar)... parece que llegó a los jugadores, porque salió el gol, y volvimos a soñar...

Pero el Gato Silva nos vuelve a despertar de porrazo, recordamos a Parot pateando a  Acevedo, a Valenzuela pateando a no se quien en La Calera, de nuevo... para qué????, luego Hans remata la tarde negra corriendo a encarar a no se quien y no se por qué, todo se había podrido, Polic ya estaba con la roja en la mano y hasta los de Unión tuvieron que detener al central para que no se lo llevaran preso. Con 8 Unión nos dio un baile, el mismo que nos dio con 11 en Santa Laura y el 10 de ellos se manda un golazo. Los jugadores en el suelo, pero la gente en vez de llorar o putear se puso a cantar, más fuerte, a levantarlos, a decir que somos cruzados en las buenas y en las malas, a agradecerle la entrega a Toselli, a Magnasco, a Castillo y al final al querido Ormeño.

No queda más, los rojos celebran y se burlan, pero no se escuchan porque los cruzados cantamos el himno y aplaudimos a rabiar, que importa, que me importan los panaderos, las madres quebradas o las zorras que aparecen al final, vendrán más campeonatos y vendrán revanchas y esa copa que dejamos escapar hace casi un año tendrá que volver. Los pacos empiezan a empujarnos para que nos vayamos, no queremos, es nuestra casa, está lloviendo, estamos tristes, pero estamos cada día más orgullosos de ser cruzados.

NOS ROBARON LA PENA.


La Columna de Benja Malandre.

Tras una nueva eliminación, cuesta (y  mucho) comprender cuáles son los sentimientos tan encontrados que quedan en estos momentos; mucho más cuesta explicarlos. Sin embargo, haciendo un esfuerzo y escarbando en la herida abierta, me doy cuenta del sentimiento que queda detrás de toda esta situación: nos han quitado hasta la pena.

Porque no siento pena. Lo que más se parece (creo) de lo que conozco, se llama resignación. Y la resignación es (creo) una acumulación de tristezas, una frustración reiterada. La resignación sólo es posible en la ausencia de la esperanza. Porque la frustración, cuando hay esperanza, produce pena. Hoy no siento pena.

Una vez consumado el 3-0 de la ida tuve esperanza. Pensé que podíamos darlo vuelta. Pensé que teníamos la posibilidad de tomarnos una pequeña, pequeñísima revancha de lo vivido en el apertura del año pasado. Pensé (¿soñé?) que los hinchas cruzados iban a pelearse las entradas, imaginé un San Carlos repleto, gritando y alentando a tal punto que el único resultado posible sería la victoria. Realmente creí en que podíamos haber aprendido algo, haber sacado algo positivo de lo que fue esa final del año pasado, en que el inexplicable optimismo de las lechuzas fue llenando de fe a su equipo, al tiempo que sembraba una cuota de incertidumbre en el nuestro.  Duró poco la esperanza. Rápidamente comprendí que, como en todos los momentos difíciles, hoy el estadio estaría al 40% de su capacidad, que iríamos los mismos 3 mil que fuimos a la semi del clausura 2011, cuando teníamos al alcance de nuestras manos la revancha de lo ocurrido sólo 6 meses antes, y que esos 3 mil no iban a ser suficientes para crear ese único ambiente capaz de dar vuelta una llave tan compleja. Una vez más me di cuenta que Católica tiene muchos simpatizantes, pero muy pocos hinchas. Y aunque seamos los mejores, no seríamos suficientes.

Hubo un tiempo en que  sí éramos suficientes. ¿Dónde quedaron esos clásicos universitarios de antaño, cuando el Nacional se llenaba con igual cantidad de hinchas por bando? ¿Qué pasó con esas multitudes que apoyaban a la franja hace no tanto tiempo? Las han ido extinguiendo. Y mi mayor dolor es, paradójicamente, el éxito de un pequeño grupo, ese grupo de dirigentes clasistas que ha ido logrando, con un trabajo de joyería, transformar a la UC en su juguete, en su chiche, en su entretenimiento de fin de semana. En un club exclusivo. Un equipo con estadio lindo en un barrio lindo cerca de sus casitas lindas, donde puedan llevar a sus hijos lindos en sus autos lindos a pasar un rato simpático. Para eso, había que estar dispuesto a no jugar los partidos donde viniera la chusma, por ejemplo. Había que hacer un estadio cerca de sus casas, donde ojalá a la gente no tan linda, sin auto lindo, le costara mucho llegar. Había que alejar al club de las masas, aunque parte importante de esas masas fueran incluso más dueñas del club que ellos mismos. Había que robárselos, aunque con eso se robaran la esperanza, los sueños de grandeza. La posibilidad de tener una fuerza tal que el sólo convencimiento de la hinchada permitiera tener la esperanza de revertir hasta la más difícil de las situaciones.

No solo fueron alejando al club de la gente, sino también usándolo para sus fines; un juguete de fin de semana no requiere mucha profesionalización ni excesiva dedicación de tiempo. Podría armar una extensa lista de dirigentes ineptos que, con escaso conocimiento en el mejor de los casos, fueron manejando la institución y tomando las nefastas decisiones que nos tienen hoy, aunque nos duela, un par de escalones más abajo que los clásicos rivales. Más larga sería la lista de jugadores que trajeron, extranjeros en su gran mayoría, que fueron verdaderos desastres, tongos. Transferencias, sueldos, contrataciones, divisiones menores, todo mal asesorado, mal decidido, por gente sin capacidad pero con apellido bonito y buenos contactos. Recursos desperdiciados por años que hoy explican que los clásicos rivales estén un par de escalones más arriba. Decisiones que siguieron alejando a los hinchas, que nos fueron atando con una etiqueta de cuicos y segundones  que muchos no estaban dispuestos a aceptar.

El daño que le han hecho al club es enorme, ojalá no irreversible. Esa banda de ladrones con corbata ha logrado transformar a la UC en un club casi exclusivo. Casi. Porque, aun a pesar de todos sus esfuerzos, no han logrado excluir a todos los hinchas de verdad. No han logrado extinguir todas las banderas cruzadas de la Vega Central. No han podido (ni podrán jamás) evitar que esos pocos pero locos hinchas lleguen a todos lados, con viento, frío o lluvia, a alentar a la UC, a entregarle su corazón. Esos tres mil que llegaron hoy. Esos que saben que el amor no se demuestra compartiendo la alegría, sino acompañando en el dolor. Esos que hacen que, aún cuando en la derrota la pena haya dado paso a la resignación, sigamos teniendo esperanza. 

miércoles, 23 de mayo de 2012

Carta Abierta al Moto y al Plantel de los Cruzados



Parten los play offs y más allá de primeros, cuartos u octavos lugares de la fase regular, lo que hoy comienza es una nueva campaña por el campeonato para algunos avezados y quizá la primera para los más jóvenes formados en casa. Todos juntos tienen la opción maravillosa de ir por la ansiada estrella. En este caso la 11va., si la que nos debe llevar a soñar con seguir buscando triunfos para y dejar atrás las primeras simbólicas y hermosas 10 campañas ganadoras del pasado.

Se que el Moto, es joven en esto de la dirección técnica en primera, pero es un experimentado amigo del arco rival, de los triunfos, de mojarla y de correrlas todas y hasta el final, sin llorar, sin ensuciar nada y sólo mirando de frente. Se nota además que Andrés Romero logra armar equipos de trabajo bien afiatados, que convence a sus dirigidos, que habla de frente y con la mirada limpia y sin reveses. Fue un gran jugador de la franja, es una gran persona (tuve la suerte de conocerlo por muchos años en la UC) y ahora va por la senda de ser un gran DT y líder desde la banca.

En esta oportunidad solo quiero pedirles al querido Andrés, a su cuerpo técnico y a los jugadores una sola cosa: no pierdan la ilusión y los sueños de ser campeones por ni un solo minuto, no le teman a soñar con esta estrella por el posible dolor que eventualmente no la alcanzáramos, ya que la mejor manera de llegar a tocarla es soñar de verdad con que es nuestra. Lo que no se sueña no se consigue y ustedes tienen sueños y tienen derecho a hacerlos realidad y a que nos abracemos juntos en una mágica noche inolvidable en que la onceava pueda ser nuestra, pueda ser de ustedes, pueda ser de la UC!.

Da lo mismo lo que hayan hecho los rivales en los partidos pasado, da lo mismo los play off ya jugados en años anteriores, hoy solo importa que ustedes sueñen, que lo hagan con todo el corazón, con pasión pero sin angustia ni presión. Nosotros sabemos que ustedes están saliendo de un momento duro y que están poniendo lo mejor y si eso es lo que sigue ocurriendo en los entrenamientos, en la cancha, en las concentraciones; nosotros vuestros hinchas los apoyamos con todo en las buenas y en las malas. Unanse aún más ustedes como grupo, únanse al rededor de vuestro querido Moto, dedíquense cada gol y cada atajada a ustedes mismos con pasión y alegría, jueguen el juego, demuestren lo que valen y no pierdan el sueño. Estoy seguro que esta vez puede ser nuestra como en tantas otras y si no lo fuera, será el inicio del camino para lo que viene y nada estará perdido.

Grande el querido Moto Romero y su cuerpo técnico, grandes ustedes muchachos que tienen la suerte de vestir la franja y cuenten con nosotros que somos ni tan pocos pero si estamos locos, igual que ustedes en la cancha, locos por una UC cada vez más grande.

No les fallaremos nunca.   

Un fuerte CEATOLEI! 

Ex jugador de cadetes UC 1973-1976
Ex Director UC 1987-1995
Hincha desde 1965...desde que tengo memoria!!

lunes, 14 de mayo de 2012

Un clásico siempre es un clásico


La Columna de @damian_jones

      
Aunque sea un amistoso, aunque los dos estemos en playoffs, aunque no se juegue nada un clásico hay que ganarlo si o si. Las excusas no cuentan, el equipo B, el árbitro, lo malo de los delanteros, la mala suerte, el penal no cobrado, la bengala o el banderín del guardalíneas, no son válidas si se pierde y el domingo la UC se llevó el clásico.

Es cierto que para nosotros el clásico tenía más valor, porque estábamos en nuestra cancha (no solo de “local” como en años anteriores en el Nacional), en San Carlos, donde nos habían ganado en 
diciembre. Porque venían de goleadas y sacándose fotos en el camarín haciendo la manita, porque algunos agrandados decían que ahora tocaba un 7-0, porque tenían casi asegurado el 1º lugar de la fase regular (ojalá que O’Higgins los pase el fin de semana), porque el arquero es un maldito soberbio, porque venían de una hazaña y había que bajarlos de las nubes y sobretodo por lo que pasó en junio de 2011.

Seguramente el 1-0 de esa “promesa” por la que se juran tener la mejor cantera de Chile nos remontó a esa maldita tarde noche de junio, las pesadillas volvían, el fantasma de Pizzi, el cotillón, el autogol de Eluchans, los penales de Canales, la patada voladora de Parot, todo se venía a nuestras cabezas. Pero las cosas no estaban para otra jornada de ese asqueroso azul eléctrico, no, la camiseta con la franja celeste es ganadora y gracias al oportunismo de Castillo, la avivada de Trecco y la estupidez del quebrado en 5 minutos el clásico era nuestro.

El aguantar se veía temerario, a esas lechuzas les sale todo y pese a que sea un equipo A, B o C todos entrenan con ese pelado desquiciado que para ser sinceros es buen DT y muy pocos equipos les han aguantado el partido. Pero la UC de Romero tiene otra actitud y no solo aguantó, sino que pudo haber terminado 3-1 o 4-1, el alza general e individual se nota, la sangre que le pone el canterano es otra, de los 14 que jugaron 11 son de la casa, en la vereda del frente dos canteranos, de la “mejor cantera de Chile” salieron en el minuto 35’.

El triunfo fue inapelable, la foto estuvo de más, pero que las lechuzas lloren por ella es un descaro, que se burlen también. Si les duele que le paguen con la misma moneda es porque la soberbia los está consumiendo y el Santos de Neymar (ese si que es quebrado) los va a despertar de su sueño de grandeza.

Ahora retomo lo de la columna anterior, no solo la gente está pidiendo que Moto se quede el segundo semestre, si no que los jugadores también. Todos han reventado a Lepe diciendo que no hablaba con nadie, que era lejano, poco claro y algo autoritario y adoran al Moto. Seguramente los dirigentes están en la disyuntiva de seguir con la búsqueda de un DT extranjero o aplazarla para enero. Para mi todo depende de si se logra el título o no. Si hay título hay Moto hasta 2013, paso a paso...

domingo, 13 de mayo de 2012

La UC del ‘moto’ pasó la prueba


La UC derrotó a la ‘U’ por 2-1 en San Carlos de Apoquindo, en un partido donde los cruzados fueron superiores ante el equipo integrado algunos suplentes que dispuso Jorge Sampaoli.

Romero eligió a estos 11 para enfrentar el clásico: Toselli; Magnasco, Álvarez, Andía, Pérez; Gutiérrez, Sepúlveda, Silva, Mier; Trecco y Castillo.

Los azules formaron con: Herrera; Magalhaes, González, Lichnovsky, Cereceda; Leyton, Acevedo, Marino; Bravo, Ruidíaz y Castro.

Desde el inicio se vio el sello dispuesto por Romero para esta Católica, con un pressing intenso en el medio y sociedades por las bandas. El cuarteto de ataque que dispuso el ‘moto’ complicó siempre, con la movilidad de los intérpretes, a la defensa alternativa de Sampaoli.

La UC era más y parecía que en cualquier momento anotaba la primer cifra, pero una falta tonta de Silva, una tónica del partido y no solo por parte de él, permitió que Lichnovsky anotara tras centro de Marino, una pésima marca en zona y una salida no digna de las cualidades de un arquero como Toselli. Los cruzados necesitaban reponerse rápido y así fue.

Un par de minutos después, Pérez, ya consolidado como lateral izquierdo, luchó y recuperó el balón, cedió para Mier y éste metió un pase preciso para Gutiérrez. ‘Iniestita’, dentro del área pero de espaldas al arco y con marca, inventó una asistencia de crack para Castillo, que sólo la tuvo que empujar por el segundo palo. El marcador, a pesar del gol de Nico, era injusto, pues la franja era muy superior.

A los 32’, llegó lo mejor del partido. Trecco lanzó un córner y anotó el segundo tanto de los cruzados de manera olímpica, ante el grueso error de Herrera, quien soltó la pelota. Ahora sí, el resultado era justo. Sampaoli buscó cambiarle la cara a su equipo con los ingresos de Morales y Gallegos faltando poco para terminar el primer tiempo. Con el 2-1, se fueron al descanso.

En la segunda fracción, la ‘U’ salió con otra disposición y se plantó en campo cruzado, teniendo más el balón y complicando principalmente a través de centros, la gran falencia de la Católica en el partido. Ambos equipos tuvieron chances para anotar, Castillo falló un mano a mano y Toselli estuvo monumental para detener un disparo de González y un par de llegadas más de los azules en el tramo final del partido.

Al final, los cruzados se quedaron con un victoria justa y que confirma el buen ánimo dentro del plantel y que la llegada de Romero mejoró mucho al equipo en lo futbolístico. Eso sí, queda mucho por mejorar, pero es innegable de que vamos por buen camino.

Por Alberto Stephens (@AStephensM)

jueves, 10 de mayo de 2012


Moto

La Columna de @damian_jones

Con Lepe fuera llega otro ex jugador, asume el barco hundido Moto Romero, eterno lateral derecho, debutó el año del título que demoró 18 años, en 1984, titular indiscutido el 87, en la copa del 93 y parte del plantel del 97. Además participó en la Copa América de Chile de 1987 y su salida de católica estuvo a cargo de uno de los chantas más grandes, el holandés errante.

Moto asume una pega muy poco grata, alguien con más experiencia como Luis Hernán Carvallo no quiere quemarse más y siendo mayor que Norambuena el Moto asume con bastante coraje pero seguramente no sin dudas. Al contrario de Lepe su intención, o por lo menos lo que dice desde un principio, es que solo se va a quedar hasta que termine su interinato. El ánimo sube, la confianza retorna, incluso hay un par de goleadas, como plus hay que decir que el partido que nos empatan en Talcahuano al último minuto (a lo Lepe) lo califica casi como una derrota, como dos puntos perdidos. Autocrítica, goles y jugadores resucitados, alcanza incluso para entusiasmarse, muchos hinchas están pidiendo que se quede hasta fin de año.

Al parecer Moto ha manejado mejor el asunto que Lepe, claramente no ha cometido los mismos erorres y ha aprendido de ellos. Se ha preparado (lo han mandado) con respecto al trato con a la prensa y su autocrítica, ha trabajado el ánimo de los jugadores y no ha hecho cambios cuestionables. Pasa algo con Romero que es algo que seguramente muchos pensaban, que los jugadores no son malos (incluso con un equipo completo lesionado) y que solo hay que saber ubicarlos, decirles que son buenos y que tienen que jugar como saben. Decirle a Mier que sabe desbordar y pegarle de afuera, que no está guatón y que puede meter dos bicicletas y dejar pagando a un defensa, decirle a Pipe que es el mejor volante de Chile y que le pegue al arco porque los goles le salen, a Castillo que le pegue de volea y que se atreva, decirle a Magnasco que tiene más huevos que nadie y que sabe defender y atacar, incluso cosas más difíciles como decirle a Pérez que es bueno (no lo es) y se la crea, o decirle a Biskupovic que puede hacer goles si sube, no solo arrastrar marcas por su estatura. Suena de perogrullo, pero don Mario no lo había hecho.

Ahora viene la prueba de fuego, el clásico, en San Carlos con solo mil lechuzas y con todo el fervor de querer destruir a los que nos quitaron el Huemul de plata hace casi un año. Que pasa si perdemos, nada, nadie va a pedir cabezas, es un interinato y las mamis están jugando bien hace rato, a tragarse la rabia no más. Si empatamos, nada tampoco, seguramente el resultado será encontrado injusto por los embalados y justo por los más piolas. Pero si ganamos, todos se plantearán la idea de que Romero siga en el equipo, con el riesgo de perder a otro ídolo del club por malos resultados, con el riesgo de que no resulte nada y con el riesgo de que se pierda un semestre más.

Paso a paso, lo importante es ahora ganar el domingo, que se va a jugar en San Carlos, que nos afirmemos para los playoffs y luego se verá lo que viene, con Lepe ni siquiera se veían los playoffs en el horizonte, ahora hasta nos estamos ilusionando. Salud por Andrés Romero y a ganarle a las lechuzas el domingo. CEATOLEI!!!!