Aún me siento abrumada por todo lo acontecido luego del partido del pasado domingo entre Universidad Católica y Colo Colo. La cantidad de aristas sociales que han sido involucradas a raíz del contexto en que se desarrolló dicho evento, es a lo menos llamativo. La sociedad entera se ha visto interpelada no sólo a opinar, sino que también a sumarse a alguna posición y defenderla hasta más no poder. Y es que, al igual que el conflicto estudiantil, no interesarse en el fenómeno pareciera no ser una opción.
Como les decía, aún me siento abrumada, difícilmente podría adjudicarme una posición. Hemos visto debates en torno a conceptos tales como: barra brava, lumpen, discriminación, abuso de poder y cotidianeidad entre otros. Por mi parte, luego de intentar desentramar todo esto, sólo puedo pensar en un concepto: potencias.
Así es, sólo puedo explicar lo ocurrido a través de las potencias. Lo que pasó antes y después del partido ha sido potenciado por lo prejuicios y los vicios de nuestra sociedad. Sólo así puedo comprender la magnitud de la reacción que he evidenciado por toda la ciudad. Probablemente esto no tenga mucho sentido para ustedes, pero no se preocupen, paso a paso iré explicando.
Vamos al inicio: barras bravas. Nacen en la década del ’80, según algunos investigadores porque es en el Estadio donde encuentran un nicho de expresión ante la represión reinante en el país. Se mantienen post dictadura y de ahí en más nadie las detiene. La escasa fiscalización y la nula promulgación de leyes que delimiten sus marcos de acción, contribuyeron a que este nicho de expresión se transformara en un nicho de violencia y/o delincuencia. ¿Cuándo se potencia? Se potencia cuando las “grandes sociedades del fútbol” institucionalizan su accionar financiando y avalando a estos grupos, volviéndolos incontrolablemente autónomos. Si no es así, ¿cómo se explica entonces el cambio repentino de opinión de Levy apoyando la primera decisión de jugar sin público visita y luego condenándolo abiertamente? Y para mí, lo más grave ¿cómo puede ser que Pancho Malo, líder de la Garra Blanca, tenga la capacidad de convocar a violentar San Carlos y sus hinchas sin que nadie haga nada? ¿Cómo es posible que este mismo personaje emplace al presidente de la república y al ministro del interior públicamente y que la repercusión sea tan pasiva? A mí parecer, esto es a lo más escandaloso e inaceptable, ¿hasta cuándo este tipo de personas van a tener tal magnitud de control sobre nuestro contexto futbolístico? Ellos dan pie además a las peleas entre “piños” que se odian por el simple hecho de portar camisetas de diferente color y al alejamiento de las familias que disfrutan de ir al estadio, por el hecho de no tener que evidenciar esta violencia.
Si continuamos, fácilmente puedo entrelazar lumpen, discriminación, abuso de poder y cotidianeidad. A motivo de lo ya explicado, hoy en día el prejuicio popular tiende a relacionar hincha con lumpen, la utilización de una camiseta con violencia y es ahí donde nace la discriminación y el abuso de poder. No todos los hinchas de un equipo somos delincuentes, ni violentistas. Yo no lo soy y aun así las experiencias que en el estadio me han tocado vivir dan para todo. Golpes, agresiones verbales, desalojos de micros, revisiones inapropiadas por parte de carabineros camino a San Carlos, al Nacional, al Monumental, a Santa Laura, a Playa Ancha, a Sausalito, etc. Nunca he tenido la certeza del porqué, siempre tuve la idea de que era simplemente por ir al estadio, por cantar alguna canción de la barra, por ser hincha, por ser “lumpen” sin tener la intención de serlo. Cada vez que pregunté “por qué” recibí más agresiones o amenazas y mi personalidad simplemente no da para más interrogatorios, por lo que siempre acaté. Quiero que entiendan que así es, todos los que vamos hace años cotidianamente al estadio nos acostumbramos a estos tratos, entendimos que era la lógica del estadio. Lo que pasó el domingo no es algo nuevo, no es algo anormal. Los que conocemos esto, sabemos que te vas a encontrar con gente incitando a la violencia y haciendo que todos seamos metidos en un mismo saco, que vas a tener carabineros que sin razón aparente te traten con agresividad y prepotencia, que te van a controlar y van a ser los dueños del perímetro porque simplemente así se dispuso. De todas maneras, la normalidad no genera deseabilidad, porque todo lo que cotidianamente pasa realmente no es lo ideal. Pero, si es tan normal todo lo que ocurrió ¿por qué causó tanta repercusión? Porque todo se potenció por la magnitud de la discriminación, de la represión y de la desinformación. Se discriminó cuando se generaron controles de seguridad ridículamente excesivos en comparación con un partido normal, si bien estaba el antecedente de la amenaza a “dejar la cagá y recolectar entradas”, jamás para un partido vi tantos carabineros y un anillo de seguridad tan prolongado. Se reprimió cuando se retuvo gente con entrada y se le impidió acudir al estadio, ¿por qué si tenían su entrada y la misma dirigencia dijo que si alguien del equipo contrario poseía entrada podía entrar fueron retenidos? Se desinformó cuando la prensa centra el conflicto en temas que al parecer venden más, mostrando por ejemplo imágenes de carabineros agrediendo unos niños que de hace un año atrás, como si fuesen del pasado domingo, olvidándose de su verdadero rol informativo. Lo del domingo pasa siempre, fue excesivo sí, pero no es porque precisamente sean hinchas de Colo Colo, es porque simplemente son hinchas de un equipo de fútbol.
¿Se dan cuenta que es mera cuestión de potencias? Potencias que pese a la odiosidad colectiva generada por culpa del partido, hoy agradezco. Agradezco porque quizás esto nos sirva para cuestionarnos el marco general en el que está inserto nuestro fútbol hoy en día. Para que de buena vez deje de existir gente como Pancho Malo, que amenaza con destruir estadios si no se hace lo que él quiere y provoca prejuicios que generalizan al hincha común y corriente y da pie para que otros repitan su accionar. Para que de buena vez carabineros controle sus niveles de agresividad y represión para con la gente que acude al estadio y que intenta llegar a él tranquilamente portando su camiseta. Para que de buena vez tengamos dirigentes comprometidos con el fútbol, con su equipo, con sus hinchas y NO con sus finanzas. Para que de buena vez tengamos estadios de calidad, como equipos de primera división de fútbol profesional. Para que de buena vez la prensa informe con consecuencia y sentido.
Demás está decir que lamento todo lo ocurrido ese día. Lamento la violencia, discriminación y odiosidad. Lamento que aquellos hinchas tanto de Universidad Católica como de Colo Colo que querían ir al estadio no lo hayan podido hacer, me alegro a la vez por los que lograron llegar, todo mi respeto hacia ellos. Lamento que un espectáculo deportivo se haya transformado en un nuevo motivo de disconformidad social. Lamento que hasta el día de hoy haya personas discutiendo sin respeto mutuo a causa de decisiones en las que ni siquiera participaron. Lamento que el fútbol, los triunfos y el orgullo de los hinchas cruzados que tanto esperaron ese día hayan quedado en el fondo de la discusión por culpa de los prejuicios y los vicios de nuestra sociedad.
Carla Gajardo Poblete
Socióloga Pontificia Universidad Católica de Chile
Felicitaciones. Nos había sido capaz de desentramar con tanta claridad el asunto. Aguante católica!
ResponderEliminarMe enamoré de esta mujer.
ResponderEliminarTremenda!!!
Honestamente, no entendí cual es el punto que quizo establecer la mina cruzada.. osea, aparte de decir que en el fútbol chileno existen barras bravas, que estas a veces son violentas y que a pesar de q ella es de la UC lamentaba la discriminación que afectó a los hinchas del Colo (cosa que se agradece).. no caché cual es la idea original en todo esto.
ResponderEliminarNo lei ni una palabra sobre la presión extorsiva que ejerce la muni de Las Condes y los vecinos de San Carlos, para q no se jueguen partidos de alta convocatoria cerca de sus casas ABC1... ni su opinión personal sobre si se deben jugar todos los clásicos de Chile sin hinchada rival, o si solo esa medida es correcta cuando la UC quiere ocupar San Carlos sin molestar a los vecinos por el posible flaiterio... Creo q escribió mucho y no se hizo cargo del tema de fondo (del cual las barras bravas solo son un ingrediente mas de la sopa).
Igual le mando besos a la colegui ;)