La camiseta en el Alma

Por @jpsalinasd

Hay dos momentos en que para los que somos verdaderos hinchas de la UC, la linda camiseta de la Católica se pega como empapada al cuerpo.

Claro, uno es en la victoria, en el triunfo, en la alegría. En ese momento se disfruta, el orgullo crece, la felicidad se confirma. Haces flamear la bandera con todas sus estrellas sonriendo, festejando.

Y el otro precisamente, es en la derrota. La amarga y dolorosa derrota. La que, como anoche, te deja con la boca abierta, en silencio, con pena, con tristeza. Esa tristeza profunda que sentimos todos los Cruzados de Chile ayer. Esa que no te deja dormir bien, que te hace despertar como si te hubieras tomado un cajón de pipeño de mala clase, adolorido, trasnochado, con la boca seca y un sabor amargo. Esa pena profunda que te tiene un par de días cabizbajo, de mala gana, sin leer los diarios, sin querer saber nada.

Pero curiosamente, es en esa derrota cuando la camiseta se empapa y como si hubieras corrido 42 kilómetros de una maratón, se te pega al cuerpo y sobre todo, al alma y a la sangre.

Porque ahora se confirman todas las convicciones. Ahora aparecen los verdaderos Cruzados; esos que están en la buenas, en las malas, en las mediocres. Ahora se verá quién es el que dejará de ir al estadio el domingo siguiente y quién estará ahí, sentado, saltando, cantando, parado en el tablón, pegado a la reja, apoyando con su gorro de la UC, tejido o comprado en algún partido en que saliste feliz de la cancha y con esa misma camiseta que se te quedó pegada al cuerpo en la noche de la triste derrota.

Me duele en el alma caer como caímos ante Peñarol. Puta que me duele…

No me pidan que hable de lacrimógenas, ni de manifestaciones, ni de ministros, ni electricidad, ni de nada.  No me pidan que escriba dando las gracias a la UC, ni a los jugadores, ni a Pizzi, ni a nadie. No es necesario, esta demás. ¿Qué hincha verdadero tiene algo que decir a esos guerreros que dieron todo por dar vuelta la serie? Se jugó con huevos, con fuerza, con entrega. Lo habíamos dado vuelta con un golazo de Roberto Gutiérrez…!!! Pero así es el fútbol y punto no más.

No lloro, porque soy de la UC. No doy pena, porque soy hincha del más grande. En estos momentos, vivir la pena y la tristeza como hinchas, seguidores fieles de la gloriosa camiseta de la UC, te empapa de ella orgullosamente. ¡¡Es ahora cuando la convicción y el orgullo de ser un Cruzado se pega para siempre y hasta la tumba como un tatuaje!! Estos dolores te hermanan hasta el alma con la querida Católica.

Así es que sufre no más, vive tu pena con orgullo wn!! Vívela con la cabeza en alto, mirando de frente. Porque el próximo partido, cuando grites con todos los pulmones en el estadio “CEATOLEIIIIIIIII….”, volverá a tu sangre la enorme alegría de ser un orgulloso Cruzado.

¡¡¡Grande Católica por la mierda!!! 

Por @jpsalinasd