jueves, 19 de mayo de 2011

Sueño sin (más) sueños

Por Carlos Salazar @csalriv

Llevo un buen tiempo queriendo escribir algo que refleje mi sentir, mis percepciones o mi análisis respecto al equipo de mis amores. Pero siempre me he contenido, tal vez por la misma razón que mantenía mis camisetas sin lavar desde el comienzo al fin del torneo –aun cuando ya tuviera una Franja Azul en campo café– o por que me quedaba en silencio mientras todo el estadio cantaba el famoso y despreciable “Pongan Huevos”: no iba a querer ser yo el yeta. Hoy nada de esto tiene sentido y las palabras fluyen –cual corriente de la conciencia– desde el pecho herido y ardiente, lleno de sangre cruzada, sangre de guerrero, sangre de ganador.

Hermosa fue la ilusión. El Huemul de Plata del año pasado, símbolo de un campeonato ganado con emoción, con esfuerzo y con buen fútbol atrajo a aún más gente hacia San Carlos. Gente que antes desconocíamos que fuese uno más de los nuestros, de los Cincuenta que hemos pasado años lamentando los fracasos que tantas veces nos golpearon. En esta Libertadores jugábamos con el orgullo de siempre y con el escudo de campeón estampado en el pecho. Muchos fuimos escépticos y vimos venir la mano negra dispuesta a hacernos caer cuando el asistente levantó la bandera en el último minuto al otro lado de Santa Laura para que Leal amagara un reestreno lleno de alegría. Otros perdieron la fe cuando Papa cabeceaba solo, en el segundo minuto de adición del primer tiempo, marcando que caíamos por dos goles en Liniers. Prácticamente ninguno de nosotros pudo contener la vergüenza bajando de San Carlos con una derrota humillante propinada por un equipo venezolano –sí, un equipo venezolano– en la que algún día fue nuestra inexpugnable casa. Pero nos repusimos. Pues el gol de Pizarro, con una vaselina perfecta sobre Barovero no había sido un evento aislado. Era la señal de algo importante.


Fuimos a ganar en Venezuela, con un gol batallado por Cañete y Villanueva. Mantuvimos el cero en el Cerro ante un Vélez que ya mostraba su progreso y terminamos clasificando –con sufrimiento, es cierto, pero nunca nos ha sido fácil– gracias a la magia de Calandria, que en una contorsión hermosa situó la cadera en el lugar preciso para desatar la euforia y la alegría. Y vaya que gozamos esa serie con Gremio. Contra un equipo con historia, un campeón del mundo que no nos pasó por encima y que vio cómo la Franja le ganaba en aquel enorme Olímpico de Porto Alegre. Sonreímos. Algunos pedíamos ir paso a paso, con una enorme ilusión marcada en los ojos. Otros ya buscaban rival entre el Madrid, el United y el Barça para la final del Mundial de Clubes, seguros de nuestro progreso. Cada vez guardaban más silencio los derrotistas y los amargos.

Tal vez hoy soy uno de ellos. Porque vi cómo Gutiérrez giraba y disparaba para darnos el ansiado segundo gol que le daba la oportunidad a Garcés de lucirse, de lavar su imagen, de callar la boca de muchos y de merecer los cánticos de tantos otros que sabíamos que debíamos levantar su moral para volver a tener a ese arquero salvador de partidos. Ese gol que nos mandaba a penales, a la mal llamada lotería, aquella en que seguramente las gargantas pasarían del silencio al éxtasis con solo inflarse la red. Y sí, quizás no grité los goles con la euforia usual porque sabía que el objetivo pasaba más por el cero de nuestro propio arco. Ese que se rompió de un plumazo junto con todos nuestros sueños. Hoy dormiré amargo. Hoy dormiré derrotado. Y no soporto a aquellos que se consuelan con saber que estuvimos entre los ocho mejores o que se defienden diciendo que “sacamos la cara por Chile”. Porque siento que son los mismos que se alegran de quedar fuera de la Universidad estando en la lista de espera. Los mismos que quedan satisfechos tras perder una elección por dos o diez votos. Los mismos que prefieren dejar ir a su pareja porque ya no se la pueden. Mediocres. Y en la Franja no puede haber espacio para la mediocridad, mierda. Esta Católica debe ir a ganar siempre, no puede conformarse con octavos, quintos o segundos lugares. Los rivales serán duros, los objetivos serán altos, pero hay que ir por ellos. Hay que volver realidad los sueños. No me consuelo, no me satisfago, no me relajo tras lo de hoy: tan lejos y tan cerca. Cerca como tal vez no lo volveremos a estar en esta década. Lejos como siempre de esa gloria esquiva que nuestro rival de esta noche ha acariciado cinco veces. Qué importa si no nos pasaron por encima, si nos ganaron al pelotazo, si tuvieron suerte. Nos ganaron. Nos e-li-mi-na-ron. Fuimos uno más de los e-li-mi-na-dos. ¿Cómo cresta pueden contentarse con eso?

En estos momentos no me interesa el torneo local, no me interesa el Bicampeonato porque siento que es solo un premio de consuelo. Dije que dejaré de ir a Lepe porque mi voz merece un descanso ante tanta emoción frustrada. Con certeza cambiaré de opinión antes del próximo domingo, pues sé que moriré en el tablón y volveré a él como lo hice tras tantas otras derrotas, tras tantos otros fracasos. Y espero verlos ahí. A los otros cuarenta y nueve que respiran aire azul y blanco, que viven con un corazón Cruzado. Esos que están en las buenas y en las malas y que por ningún motivo aceptarán que un amigo solidario e indolente diga que “es solo fútbol”. Porque no es solo fútbol. Es vida, es pasión, es alegría. Quien dice que “es solo futbol” no ama a su camiseta, no se sintió feliz de gastar las treinta lucas que le costó tenerla ni el montón de plata y de tiempo en viajes que le dieron historia de triunfos y caídas. Quien dice que “es solo fútbol” no botó un par de lágrimas en el estadio cantando con un hilo de voz junto a la banda que se hundía con el barco ni gritó Campeón en un estruendo profundo e incontenible en medio de infinitos abrazos y sonrisas. Quien dice que “es solo fútbol” no ha visto a la Franja saltar a la cancha de un estadio enemigo, ni ha huido de la pega o de los estudios por ver la UC. Quien dice que “es solo fútbol” sencillamente no sabe nada. No existe.

Sé que no soy el único que se siente así. Soy Cruzado, como siempre y más que nunca. Es por eso que hoy duermo derrotado, sin energías, sin alegría. Hoy sueño sin sueños. O más bien, con los mismos de toda la vida: sueño sin más sueños... que los de volver a gritar Campeón.

Por @csalriv

9 comentarios:

  1. Carlos, gracias por la sinceridad de tus palabras. No obstante debo manifestarme en contra de alguno de tus argumentos. Conozco muchos cruzados y todos ellos, sin excepción, están tanto o más dolidos que tu, todos lloraron esta eliminación, ninguno de ellos está feliz. Agradecido... ah! eso es otra cosa. Mi mujer me dió 6 hijos, todos feos igual que yo, pero no porque sean feos voy a dejar de agradecérselo. Anoche nos tocó una noche fea, pero no por eso vamos a negar la gratitud por lo que hicieron nuestros guerreros. Hay que exigirles más? Si señor, con justa razón porque perdí la voz, perdí plata y perdí la pega por irme a ver el partido sin permiso, tengo derecho a exigirles más. Para ganar una copa falta más que lo que hicieron, lo que te aseguro que no falta son huevos, pasión y sangre azul cruzando el pecho.

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  2. Vaya, vaya, cuanta razón tienen tus palabras apasionadas y sinceras de un cruzado de tomno y lomo. Imposible no identificarse, y quizas sentirse culpable, con las definiciones de los tipos de hincha de la UC. No voy al estadio, a veces ni siquiera lo puedo ver por tv, otras lo escucho por la radio, como anoche, si embargo, mi corazón palpita tanto y de igual forma como el tuyo cuando se infla red tras un espolonazo cruzado. Finalmente, de seguro nos une una sola cosa: La pasión por la franja!!

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  3. MONJAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASS

    FRACASADAAAAAAAASSSS JAJAJAJAJJAAJ

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  4. Desde Uruguay felicitar a la católica por haber sido digno rival, tanto fuera como dentro de la cancha. No se vio nunca falta de respeto. No conozco nada de su cuadro, pero creo que tienen un buen equipo, pero sobre todo un excelente DT (al cual tampoco conozco) pero ha demostrado en estos dos partidos que trabaja muy bien.
    La copa solo la gana uno, los restantes no, por lo que siempre serán más los dolidos que los felices. Ojala se le de a Peñarol, y si no, hay que estar orgullosos de los jugadores, que tanto como los hinchas, quieren ganar la copa.

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  5. hoy ese grito de antaño, retumba mas fuerte que nunca..."A PESAR DE LOS AÑOS Y PENAS VIVIDAS, ESTARÉ SIEMPRE A TU LADO, VAMOS CATO QUERIDA"...

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  6. todavia tengo un nudo en la garganta! Pero mi corazon seguira palpitando x ti cato querida! Y dale y dale y dale cato dale

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  7. no me gusto eso de los 50 ... pero bueno

    seguimos con pena... !

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  8. El próximo año volveremos por la Libertadores, tengo toda la fe del mundo que así será! Vamos CATO querida!

    JASM

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