Por Christian @soysubiabre
Tenía el derecho de cambiar mi entrada al partido con Peñarol por una para el clásico y aunque podría haberla comprado, quise sentir cómo el club nos agradecía por nuestro apoyo. Mientras subía a San Carlos de Apoquindo iban pasando por mi memoria los imborrables recuerdos de tantas batallas. En realidad es un orgullo ser cruzado. Se mezclan emociones, recuerdos, gritos y alguna que otra pena que se asoma temerosa por miedo a ser borrada, como si no supiera que las heridas nos dan más fuerzas, más coraje, endurecen nuestro escudo y nos dan aquello que de verdad nos fortalece: la capacidad de levantarnos y seguir.
La incómoda espera se alivió con la llegada de algunos barristas con los que compartimos en Uruguay. Mientras la fila avanzaba me entretuve con las graciosas historias de sus regresos a Chile, de las muchas veces que los pacos argentinos los pararon, de lo poco que durmieron y de cómo se quedaron toda la semana en Montevideo en la casa de una chica que no llegaron a conocer. Mezclamos en la conversación nuestro pronóstico con nuestra alineación ideal y las últimas noticias que traíamos desde tierras charrúas sobre el carbonero. Conclusión: #enSanCarloslodamosvuelta. El bus con los caballeros sale del complejo y se llevan el último de nuestros aplausos, el último de nuestros gritos antes de concentrarse para la justa. Abrazo y una nueva despedida, con suerte nos cruzaríamos nuevamente en otro tablón.
Domingo 15 de Mayo, 15:20 hrs. Voy avanzando en un taxi por Pedro de Valdivia, pidiéndole al chofer que hable menos y que maneje más, que pise más fuerte el acelerador. Los equipos ya estaban en la cancha y yo aún no llegaba. No había podido saludar a los guerreros en su ingreso así que tendría que redoblar los gritos de aliento desde el tablón. Hubo atáo en la Andes wn! – comentaba uno en la entrada – se agarraron con las madres. Apúrese po’h jefe, no le ponga tanto color con la entrada!!!
Ya en el tablón, la escuadra formada frente a la tribuna, la barra afinando las gargantas, la franja se veía más larga porque el pecho se sentía más grande. Desde aquí en adelante todo aquello que la gente no entiende. Los gritos de aliento de escuchan más fuertes cuando cae el primer gol de las palomas, claro, como tiene que ser!!, si tenemos que darle fuerza al equipo, no pifiar como esos hinchas de cartón que llegan solo para las finales a dejar sin entrada a los que siempre estuvieron. Como esperábamos, los guerreros escuchan el aliento y vemos cómo el Pipe cruza la redondita y la esconde en una esquina del arco azul. Ggaaaaaaaalllllll y dale y dale y dale Cato dale!!!
Listo, estaba pagado, cruzar la cordillera, el permiso en la pega, la cara de “no te entiendo” de mi mujer, todo valió la pena: estaba pagado. Gritar ese gol, cualquier gol, era lo que me faltaba para terminar de atesorar la alegría y la emoción, el alimento necesario para quién sabe cuánto tiempo más. Como si fuera poco, el capitán vuelve a decir presente, nos regaló otra alegría y como líder y guía de sus guerreros los condujo por las vías de la victoria, porque ayer no celebramos un empate, celebramos la regularidad de los últimos 12 meses, celebramos que la franja está en otra competencia internacional.
Al aeropuerto de vuelta, feliz, demasiado feliz, demasiado agradecido de la franja, del aliento de la barra, de los goles, de la cara de las madres y del abrazo de la rubia buenamoza que celebró al lado mío. Feliz de seguir viendo a mi equipo festejar, de ver a los niños de la mano de sus padres creciendo con la sana costumbre de ver a la franja ganar, seguramente sin entender mucho más que el amor comienzan a sentir por los cruzados. Las caras sonrientes, las chicas se veían más lindas, los padres abrazan a sus hijos… me llevo sus imágenes para cuando vuelva a estar solo en mi sillón mirando otro partido.
Ahora, a comprar unos vinitos antes del regreso, después de todo tenemos mucho que festejar porque, gracias a mis muchachos, este año nos fuimos de copas.
Por Christian @soysubiabre
Excelente columna. te las mandaste!!. A gritar con el alma los goles que nos darán la clasificación este jueves....y tendrás el privilegio de gritarlo en Uruguay a todos tus vecinos de peñarol que no lo podrán creer. Aguante Católica y su gente!
ResponderEliminarexcelente relato compadre¡¡¡¡
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