Todavia cuesta creerlo

Todavía cuesta creerlo, pero luego de 23 años sin avances en el tema, se ha logrado la tan ansiada localía en San Carlos de Apoquindo para enfrentar a Colo-Colo este 16 de octubre. Día que puede ser recordado como algo histórico para los hinchas cruzados, ya que luego de un año intenso de campaña a través de redes sociales, recabando antecedentes, generando propuestas, y lo más importante, dándole la relevancia que este tema merece, se logró convencer a partes de la dirigencia cruzada que históricamente se negaban a luchar por la localía. Porque es innegable que el mundo periodístico, nunca antes se decidió a investigar con seriedad este tema, pero bastó que una comunidad de hinchas comprometidos con una causa, levantaran el tema para que todos los medios empezaran a cubrirlo. Esto refleja también, que como en toda profesión, hay formas de hacer bien o mal las cosas. Claramente con este tema, por razones que desconozco (a pesar que tengo mi teoría, la cual no va al caso compartir, porque no tiene fundamentos confirmados), siempre fue un tema tabú, donde el periodismo no investigaba lo suficiente, y la dirigencia cruzada lo manejaba entre 4 paredes.

Por suerte todo ha cambiado, especialmente estos últimos 6 meses, donde claramente el convencimiento adentro de la dirigencia de Cruzados SADP fue creciendo, hasta conseguir la localía. Se conjugaron varias cosas: una comunidad unida, fuerte y que siempre se basó en la lógica de los argumentos. También nuevas personas dentro de la dirigencia cruzada que mostraron la capacidad de luchar contra la inercia y los acuerdos de palabra que no tenían sentido. Una intendenta inteligente, abierta y segura de si misma. Una Fundación que finalmente evolucionó en su postura, al menos para este fin de semana, dejando atrás las amarras que la mantenían en un status quo muy perjudicial para el club.

Pero el foco de mi columna es otro, es que viendo las reacciones que ha generado este tema en las redes sociales, barras e hinchas, dirigentes y el periodismo, me queda muy claro porque nuestro torneo nacional está tan estancado como se encuentra.  Por una parte tenemos dirigentes como el Sr. Levy que son capaces de cambiar sus declaraciones y opiniones sin ninguna lógica argumentativa, simplemente movido por las presiones que ejerce su barra. También un periodismo, que aunque legítimamente pueda no compartir la medida, ha focalizado el tema en que la UC no quiere vender entradas, en vez de ver que la gran causa de que se haya tenido que tomar esta decisión, es que llevamos años sometidos a la voluntad de las barras bravas, las cuales son uno de los principales causantes de lo triste del estado actual de nuestro fútbol.

Lamentablemente, se ha podido ver como a nivel mundial, las barras bravas han ido de la mano con la delincuencia. Casos sobran, y no vale la pena profundizarlos ahora. El problema es que el fútbol chileno no se la ha jugado realmente por erradicar la violencia del deporte. Hasta que clubes, gobierno, ANFP e hinchas, no entendamos que de seguir bajo esta tónica, el fútbol nacional seguirá su franca caída, donde cada vez las asistencias son peores. Hay un sinfín de factores por mejorar, como infraestructura, reducir el número de clubes en primera, implementar estándares mínimos que los clubes debieran cumplir para poder participar en el profesionalismo. Pero si no se ataca rápido la violencia, seguiremos alejando a la familia y a los hinchas de verdad de los estadios.  Que los clubes sigan manteniendo vínculos con las barras bravas es un error, ya que es pan (asistencia) para hoy segura solo en la barra, pero hambre para mañana, ya que cada año baja la asistencia de los estadios. Se requiere un compromiso serio, un acuerdo y convicción de todos los entes involucrados, pero especialmente de la familia del fútbol, para implementar medidas que terminen con esto ahora. Si no, la actividad que tantos chilenos hoy disfrutamos (lamentablemente cada día más por CDF que en los estadios) va a tender a un deterioro irremediable.

Entiendo la molestia de los hinchas de Colo-Colo (de los de verdad, no los que se esconden en las barras para delinquir), pero creo que están canalizando erróneamente su rabia contra la dirigencia cruzada, ya que los grandes culpables de todo esto son las barras bravas que lamentablemente están presentes en todos los equipos. Esperemos que pronto podamos tener partidos con un número razonable de hinchas visitantes (ya que ejercer la localía es clave) pero sin violencia ni amenazas.

Además, espero se entienda que no estoy abogando por el fin de las barras, creo que un estadio con una hinchada coordinada, que aporta al espectáculo con su aliento, colorido y cantos son espectaculares, pero si abogo por el fin de la delincuencia y el apelativo de bravas que tienen muchas de estas.

Pd: Nota aparte que gráfica totalmente lo mal que estamos con respecto a esto es que se pudo ver en TV al diputado Hasbún abrazado de Pancho Malo en tribunales como también el artículo de La Cuarta, prácticamente validando y promoviendo la violencia para este día domingo. 

Por @dalbagli