MACANUDO

Por @donkakorockstar

Debo reconocerlo abiertamente… fui uno de los principales detractores de la llegada de Pizzi a la franja a mediados del año pasado. ¿Por qué? Simplemente por que consideraba que un entrenador con NULA experiencia profesional (claramente como jugador es otra cosa) no podía llegar a la UC con el único antecedente de una buena campaña con el chago. Uno como hincha siempre espera un Bielsa, un Van Gaal, un Guardiola o un Mourinho, y no por estilo de juego, sino que simplemente seducido por los logros y la pomada de “ganador” que cada uno de ellos lleva consigo.

En fin. La dirigencia apostó fuerte por Pizzi en un momento demasiado crucial como para improvisar, y me temí lo peor. Con el pasar de los partidos, fui notando que el hombre algo sabía de fútbol. Católica comenzó a mostrar un patrón de juego que, si bien no era perfecto, daba una idea de lo que Pizzi quería lograr en la cancha. “a este weón lo mantienen sólo los resultados, no el buen juego. Hasta pa eso tiene cuea”, pensamos varios. En todo momento, incluso cuando estábamos 7 puntos bajo el innombrable, mantuvo una tranquilidad que ya me quisiera yo en el diario vivir. Derrochaba confianza, aunque claro, con eso no basta para ganar títulos.

Ese partido contra el indio demostró que “el macanudo” no era de esos que se deja vencer fácilmente. ¿Por qué? Por que hizo entrar a los 48 refuerzos argentinos que tenía la franja para “quitarles la presión” a los jugadores. En teoría, una gran idea… en la práctica, un bodrio. Eso marcó un antes y un después. El equipo tenía un patrón de juego, pero no lograba resaltar. Ganamos los dos partidos posteriores a duras penas, y parecíamos condenados a un segundo o tercer lugar, pero algo ocurrió… y fuimos los campeones del Bicentenario.

El equipo comenzó a creer en si mismo y dejó de lado los miedos que nos tenían contenidos. La bestia fue liberada. Una gran labor del cuerpo técnico, especialmente del profe Fleitas, dejó a los jugadores como toros a punto de salir al ruedo. Matar o morir… esa es la consigna.

Después del campeonato, una nueva energía se apoderó de la UC. Ya muy pocos seguían criticando a Pizzi, aunque en rigor, incluso hoy existen dichos personajes.

Y comenzó  el torneo 2011 junto con la Copa Libertadores. Y comenzó la rotación. En un principio no la comprendí y la interpreté como un signo de debilidad. “los jugadores deberían estar capacitados para jugar 3 partidos a la semana… son profesionales!” pensé – al igual que muchos – y me volvió el demonio. Hoy pueden verse los frutos de aquella rotación: Punteros en el torneo nacional – y a 7 puntos del segundo, a falta de 3 fechas – y con un pie y medio en cuartos de final de la copa libertadores tras derrotar a Gremio EN Brasil. Y ahí volvió la luz divina a mi mente y mi alma, y comprendí que la rotación no es una forma de demostrar “fragilidad”, sino una tremenda inyección de confianza para los que vienen de abajo. “acá TODOS somos un plantel y tenemos las mismas metas y responsabilidades. Si falta uno, está el otro y si ese otro no está, viene el siguiente. TODOS SOMOS LA UC!” parece ser el mensaje.

Pizzi se atreve con los jóvenes, les da responsabilidad, les da futuro. Por que claro, ser juvenil en la UC no debe ser fácil. Con 5 jugadores a gran nivel, y a menos que tengas muñecos vudú para lesionarlos a todos, es muy difícil que te toque jugar. Y si no juegas, no comprendes lo grande que es católica, el orgullo que significa vestir esa camiseta y dar alegrias a esta hinchada. Esta generación de jugadores puede dar mucho, y Pizzi lo sabe.

Y entonces… ¿Por qué faltarle el respeto? Aún conozco gente que cree que fuimos campeones gracias a las instrucciones de la galería. Señores, bajen de su nube de ego tóxico y sean bienvenidos a la realidad. Esto no se trata de Pizzi, Fleitas o cada uno de los jugadores como individuos… se trata de un equipo… y un equipo se hace grande en la medida en que todos tienen oportunidades de demostrar de que están hechos.

Les guste o no, Juan Antonio Pizzi (más allá de lo que ocurra este miércoles) ya quedó en la memoria de muchos de nosotros. ¿Quedará en la historia? Estamos a días de saberlo.

“Sos un macanudo, Pizzi… un macanudo!”

Por @donkakorockstar

Comenta esta columna de opinión en esta página, o en Twitter con el hashtag #LosCruzados